domingo, 20 de abril de 2008

Presentación

Diagnóstico

Postmodernismo, neoliberalismo, Nueva Era, civilización de la técnica, chat, sms, Web 2.0. Este es el contexto en que la juventud de hoy nació, vive y se desenvuelve, dando como resultado una cultura juvenil desconcertante a los ojos, ya no solo de los mayores sino también de los menos jóvenes, pues sus cambios son vertiginosos y sorprendentes.
Jóvenes de principio de milenio son los destinatarios de nuestra educación. Jóvenes desconocidos en su realidad existencial, cuyo crecimiento como personas desborda los actuales procesos educativos que tradicionalmente les hemos ofrecido.
Es así como mirando la cultura juvenil de hoy nos hacemos la siguiente pregunta: “?Que hacer ante la incapacidad del joven para determinarse de una vez para siempre y de la necesidad de trazar distintos caminos provisorios?”
Queremos buscar una nueva metodología pedagógica, para encontrar “un nuevo modo de vivir la vida cristiana”, sabiendo con plena certeza que Jesucristo es el iniciador de del camino a seguir en sus itinerarios y opciones.
Como institución solemos plantear en general este tipo de actividades desvinculadas de los
proyectos de aula, como si las mismas no pudiesen integrarse o buscaran aprendizajes no compatibles con ellos.
Dado el interés que demuestran los chicos en este tipo de actividades, nos planteamos la necesidad de integración con los “proyectos de aula” empezando a considerar que este tipo de “vivencias” pueden “llenarse de contenido curricular”
Este tipo de actividades sociales, a su vez, humaniza al grupo, lo nutre y lo une en valores esenciales, que también conducen a favorecer el clima de convivencia y de compañerismo en todas las tareas que se comparten (no exclusivamente las del proyecto) por lo tanto también se favorece el desarrollo de otras actividades.
Fundamentación
Nuestro proyecto pastoral se viene basando en la creación secuenciada de lugares. Los lugares son núcleos generadores. Llamamos núcleo generador a una experiencia que se propone vivir o le toca vivir necesariamente a un grupo, y que se constituye en una situación de aprendizaje para el grupo por la mediación del equipo docente.
En nuestra propuesta el acento de la tarea formativa está dado por el reconocimiento o la creación de los lugares por los que el grupo pasa en su vida y el diseño curricular de los mismos para que sean momentos de aprendizaje, comprendido este como discernimiento desde el lugar del necesitado.
Entendemos los lugares como dadores de identidad a todos aquellos que los transitan, son espacios de apertura y encuentro cara a cara; son espacios históricos, es decir, espacios donde el pasado y el futuro se viven con un cierto sentido (significado y dirección), espacios por los que han pasado personas que han intervenidos en la vida de otros hombres marcándolos de algún modo, espacios por los que al pasar, quedamos orientados hacia algún futuro.
Los lugares pueden prestarse, para conocer la realidad en distintos sentidos (autoconocimiento, conocimiento de los otros, conocimiento de Dios, conocimiento del entorno) y en distintos niveles de conciencia (experimentar, entender, juzgar y decidir).Los contenidos curriculares de la formación que se realiza en este espacio de los grupos, son elementos para la construcción y reconstrucción de la realidad en clave pastoral.Llamamos mapa formativo al conjunto de estos lugares posibles. Opera como un menú, como un repertorio. Los mapas formativos implican dos opciones básicas: la integralidad y la gradualidad del proceso formativo. Estas dos opciones son los criterios generales de evaluación de este proceso.
Esta metodología no entiende la gradualidad como un proceso de evolución lineal y sumativo, sino como crecimiento cualitativo. El grupo crece cualitativamente cuando logra procesos significativos y se hace eficaz en las transformaciones internas y externas al grupo.
La integralidad significa que en la experiencia en el lugar, se anudan perspectivas que suelen vivirse como separadas: lo personal y lo social, lo cristiano y lo secular, lo político, lo económico, lo cultural, el compromiso y la oración, el esfuerzo y la fiesta, formar es para nosotros generar en personas y grupos nuevas actitudes de vida y capacidades que les permitan discernir y crear criterios para el discernimiento para los distintos lugares de necesidad.
El itinerario del grupo está constituido por el paso a través de lugares. Los lugares son acciones. Cuando hablamos de acción, entonces, comprendemos un encadenamiento que incluye una serie de situaciones problemáticas y su resolución en torno a una experiencia. Las acciones se entienden como núcleos generadores. Son experiencias que los grupos hacen. Pero no son concebidas secuencialmente. No todos los miembros ni los grupos tienen que hacer todo ni todos a la vez ni en un orden fijo ni necesario.
Estas acciones son una unidad de situaciones problemáticas anudadas desde una tensión de dos momentos: una experiencia central del lugar y una transformación que se espera. Ambas son experiencias realizadas, no meras ideas. Una experiencia central, es un campamento, un retiro, una convivencia, una peregrinación, una bicicleteada o cualquier cosa que pueda responder a las necesidades del grupo y que sea susceptible de desatar un proceso pastoral. Una transformación es un servicio que el grupo prestará a personas exteriores a la institución escolar y que sufren alguna necesidad. La escuela puede releer sus programas en diálogo con su entorno. El diálogo con el entorno aporta realismo y eficacia al programa convencional. Así, por ejemplo, plantear las matemáticas o la historia en función del entorno aporta a estas ciencias un nivel de resultado, que sin ellos no se consigue. Les hace tener en cuenta la necesidad concreta de este lugar, sus posibilidades de progreso, la realidad económica y de recursos humanos.
Desde esta concepción pedagógica de la educación, no es si no en el encuentro con el otro, el excluido, el diferente, que provoca el cambio de criterio, la conversión. No hay transformación interior sin transformación exterior. No hay experiencia interior sin experiencia exterior. Queremos con todo esto, pensar al otro, como fuente curricular.Para transformar la experiencia en espacio de aprendizaje, recurrimos a una forma de la resolución de situaciones problemáticas: cada lugar o núcleo generador es transformado en una serie de situaciones problemáticas que el grupo debe resolver creando un espacio de discernimiento que lo lleve a construir criterios de acción y a desarrollar actividades transformadoras sobre la realidad exterior, unas antes y otras después de la actividad o experiencia que ocasiona el lugar.
Un problema es el reconocimiento de la ignorancia frente a algo que se nos presenta como inevitable. Un problema es la creación de un espacio para la investigación. Un problema es una oportunidad para la superación de las limitaciones, para el despliegue de la creatividad.
De este modo, nuestra propuesta para los adolescentes se define como una pedagogía en la que los jóvenes están continuamente resolviendo situaciones problemáticas, una pedagogía del discernimiento. Discernimiento hecho desde la necesidad de otro.
Nombre del proyecto
Que nos proponemos...

Partiendo de una experiencia de servicio lograr:
- Un espacio de aprendizaje, recurriendo a la resolución de situaciones problemáticas: cada lugar o núcleo generador es transformado en una serie de situaciones problemáticas que el grupo debe resolver creando un espacio de discernimiento que lo lleve a construir criterios de acción y a desarrollar actividades transformadoras sobre la realidad exterior e interior del grupo.

- Vivir de forma integral perspectivas que suelen vivirse como separadas: lo personal y lo social, lo cristiano y lo secular, lo político, lo económico, lo cultural, el compromiso y la oración, el esfuerzo y la fiesta. Formar es para nosotros generar en personas y grupos nuevas actitudes de vida y capacidades que les permitan discernir y crear criterios para el discernimiento.

Y más específicamente...

  • Armar una salida convivencia al campus para animar y dar comienzo al proyecto
  • Lograr que cada grupo tenga sus referentes de secundaria que acompañen en todo el proyecto.
  • Seleccionar un lugar de necesidad que resulte del consenso dentro del grupo
  • Rever las planificaciones docentes de forma de incorporar el servicio en el quehacer del aula. (establecer un dialogo con el servicio asumido)
  • Ubicar el lugar asumido como centro de la vida escolar del grupo. Por ejemplo: Plantear la matemática o la historia en función del servicio aportaría a estas ciencias el plus de compromiso del cual hoy tenemos un gran déficit.
  • Ubicar el servicio asumido como centro de la vida religiosa del grupo (Misas, oraciones, sacramentos, fiestas)
  • Establecer responsabilidades específicas para cada una de las visitas o actividades seleccionadas (no todos los miembros y los grupos tienen que hacer todo ni todos a la vez ni en un orden fijo y necesario)
  • Buscar generar espacios de charla y reflexión sobre la experiencia vivida. Buscando generar en los grupos nuevas actitudes de vida y capacidades que les permitan discernir y crear criterios para el discernimiento.

Una idea del como ...
Podríamos dividir el proyecto en etapas, que aunque no estrictas pueden enmarcar el desarrollo del proyecto.

Etapa I

  • Se confeccionará una lista con las propuestas recibidas por los alumnos
  • En cada una de las propuestas se analizará la factibilidad de realización (humana, económica, etc) realizándose de esta forma un primer filtro de selección.
  • De las propuestas resultantes el grupo determinará la forma en que realizarán la elección del lugar. Considerar 3 criterios: el gusto de los chicos, el sentido del servicio y la utilidad de la actividad.
  • Los docentes una vez acordado el lugar regresarán a sus planificaciones de forma de ver de incorporar el servicio en las actividades del aula.
  • Los docentes, revisarán las planificaciones y actividades programadas de forma de que el lugar seleccionado sea el centro de la vida religiosa del grupo (Misas, oraciones, sacramentos, fiestas)
  • Encuentro de charla y reflexión pre-experiencia
  • Realización de un bingo destinado a la obtención fondos para caritas, grupo misionero docente y los distintos proyectos de los grados.

Etapa II

  • Realización del servicio.
  • Encuentro de charla y reflexión pos experiencia
  • Misas mensuales pensadas desde el servicio de cada grupo.
    Por ejemplo: Peticiones relacionadas con los abuelos del hogar que necesitamos Canciones aprendidas. Visualización de imágenes de nuestros servicios. La celebración eucarística como espacio abierto para compartir nuestro servicio.
  • Buscar la forma de ir comunican a la comunidad, las distintas experiencias

Etapa III

  • Presentación a la comunidad del trabajo realizado
  • Actividad Festejo (gran fiesta)para el cierre del proyecto